Hermosas fotos de indigenas de nuestra region.
lunes, 1 de marzo de 2010

FAMILIA ARAWAK
Los Arawacos tomaron como asiento la Sierra Nevada de Santa Marta. Conforme a modernas investigaciones vivieron en principio en las llanuras costaneras de Colombia y Venezuela, con lo cual perdieron su unidad idiomática y adoptaron dialectos diversos.
Algunas tribus de la familia Arawak existen actualmente. De estas, la más conocida es la de los guajiros que todavía conserva puro su tipo racial y sus costumbres.
Los arawak son de talla mediana, piel oscura, rostro ovalado, nariz recta y aguileña. Los hombres visten el guayuco y las mujeres generalmente usan túnicas o batas, faldas o pampanillas. Los indios se pintan el rostro y se adornan con grandes plumas para ceremonias especiales. Son seminómadas, viven de la caza y de la pesca, de la cría de animales domésticos, de la extracción de la sal, de la cestería, de la cerámica. Tejen chinchorros o hamacas. Otra de sus actividades es la recolección de almendras, corozos, huevos de tortuga.
En algunas tribus existe el patriarcado. En otras de La Guajira, el matriarcado. Creen en un ser superior. Sus fiestas son colectivas y danzan al son de distintos tambores.
ArquitecturaSu cultura se caracterizó por el empleo de instrumentos de piedra tallada, cuchillos, hachas y figuras humanas del mismo material. El manejo de la piedra en las construcciones de las viviendas, los altos muros de cercado indican en ellos avanzados conocimientos de talla y arquitectura. Sus terrazas son muestra de los aventajados sistemas que tenían para la conservación de las tierras, evitando la erosión y acumulando mediante ellas gruesas capas de cultivo. De lado iban escalinatas, acueductos, caminos que facilitaban la tarea agrícola y el transporte de los
productos.
Rendían culto a los muertos a quienes colocaban en bóvedas de piedra cubiertas de lajas.
AlfareríaTrabajaban artísticamente la alfarería y su decoración y policromía la colocan entre lo mejor de la América precolombina.
Usaban escaso vestido, se deformaban el cráneo y se pintaban el cuerpo.
Cultivaron el maíz, el tabaco, el algodón, las calabazas y los fríjoles. De las tierras cálidas se aprovisionaban de yuca, guanábanas, piñas, guayabas y ciruelas.
Alearon el oro y el cobre y fabricaron filigranas y collares de delicada finura. Usaban la coca para saciar el hambre y como músicos emplearon tambores de cuero y flautas de huesos humanos.
Los Arawacos tomaron como asiento la Sierra Nevada de Santa Marta. Conforme a modernas investigaciones vivieron en principio en las llanuras costaneras de Colombia y Venezuela, con lo cual perdieron su unidad idiomática y adoptaron dialectos diversos.
Algunas tribus de la familia Arawak existen actualmente. De estas, la más conocida es la de los guajiros que todavía conserva puro su tipo racial y sus costumbres.
Los arawak son de talla mediana, piel oscura, rostro ovalado, nariz recta y aguileña. Los hombres visten el guayuco y las mujeres generalmente usan túnicas o batas, faldas o pampanillas. Los indios se pintan el rostro y se adornan con grandes plumas para ceremonias especiales. Son seminómadas, viven de la caza y de la pesca, de la cría de animales domésticos, de la extracción de la sal, de la cestería, de la cerámica. Tejen chinchorros o hamacas. Otra de sus actividades es la recolección de almendras, corozos, huevos de tortuga.
En algunas tribus existe el patriarcado. En otras de La Guajira, el matriarcado. Creen en un ser superior. Sus fiestas son colectivas y danzan al son de distintos tambores.
ArquitecturaSu cultura se caracterizó por el empleo de instrumentos de piedra tallada, cuchillos, hachas y figuras humanas del mismo material. El manejo de la piedra en las construcciones de las viviendas, los altos muros de cercado indican en ellos avanzados conocimientos de talla y arquitectura. Sus terrazas son muestra de los aventajados sistemas que tenían para la conservación de las tierras, evitando la erosión y acumulando mediante ellas gruesas capas de cultivo. De lado iban escalinatas, acueductos, caminos que facilitaban la tarea agrícola y el transporte de los

Rendían culto a los muertos a quienes colocaban en bóvedas de piedra cubiertas de lajas.
AlfareríaTrabajaban artísticamente la alfarería y su decoración y policromía la colocan entre lo mejor de la América precolombina.
Usaban escaso vestido, se deformaban el cráneo y se pintaban el cuerpo.
Cultivaron el maíz, el tabaco, el algodón, las calabazas y los fríjoles. De las tierras cálidas se aprovisionaban de yuca, guanábanas, piñas, guayabas y ciruelas.
Alearon el oro y el cobre y fabricaron filigranas y collares de delicada finura. Usaban la coca para saciar el hambre y como músicos emplearon tambores de cuero y flautas de huesos humanos.

FAMILIA CARIBE
Buscaron para vivir las tierras bajas y calientes como las costas y los valles de los ríos Magdalena, Cauca, Atrato y Sinú. Esta familia fue muy numerosa, se agrupó en territorios independientes. No se unificaron en un estado sino que se disgregaron en agrupaciones menores, de diferente organización social, distinta religión y costumbres propias para cada una.
Los pueblos más importantes de la familia Caribe fueron: Los Muzos que habitaron la región comprendida entre los ríos Magdalena, Sogamoso, Ermitaño y suárez; los Panches que se establecieron entre los ríos Negro, Guarinó, Coello y Fusagasugá; los Pijaos, vivieron en la zona comprendida entre los actuales departamentos del Tolima y Caldas, los Quimbayas que se concentraron en el departamento del Quindío y los Motilones cuyos descendientes aún viven en la hoya del río Catatumbo. Los Quimbayas fue la tribu más representativa de la familia caribe que logró radicarse en un solo sitio a diferencia de los demás caribes que eran nómadas; los Quimbayas consiguieron grandes adelantos en el arte de la cerámica y de la orfebrería. Parte de la orfebrería Quimbaya puede admirarse en el Museo del Oro del Banco de la República, en Bogotá.
Buscaron para vivir las tierras bajas y calientes como las costas y los valles de los ríos Magdalena, Cauca, Atrato y Sinú. Esta familia fue muy numerosa, se agrupó en territorios independientes. No se unificaron en un estado sino que se disgregaron en agrupaciones menores, de diferente organización social, distinta religión y costumbres propias para cada una.
Los pueblos más importantes de la familia Caribe fueron: Los Muzos que habitaron la región comprendida entre los ríos Magdalena, Sogamoso, Ermitaño y suárez; los Panches que se establecieron entre los ríos Negro, Guarinó, Coello y Fusagasugá; los Pijaos, vivieron en la zona comprendida entre los actuales departamentos del Tolima y Caldas, los Quimbayas que se concentraron en el departamento del Quindío y los Motilones cuyos descendientes aún viven en la hoya del río Catatumbo. Los Quimbayas fue la tribu más representativa de la familia caribe que logró radicarse en un solo sitio a diferencia de los demás caribes que eran nómadas; los Quimbayas consiguieron grandes adelantos en el arte de la cerámica y de la orfebrería. Parte de la orfebrería Quimbaya puede admirarse en el Museo del Oro del Banco de la República, en Bogotá.

ActividadesSu vida a la orilla del mar y de las cuencas hidrográficas los hizo navegantes expertos, pescadores, cazadores y guerreros. La principal actividad de los caribes fue la guerra. Eran valerosos y opusieron resistencia al dominio español. Cultivaban el algodón, el ñame, la yuca, el maíz y las frutas.
La orfebrería Caribe logró alto grado de perfección en acabado y originalidad, hasta el punto de asegurarse que ninguna tribu le aventajó. Grupos de su familia como los Quimbayas, los Pijaos, los Panches, los Sinúes y los Muzos, fueron artistas consumados en esta rama. La alfarería fue también bellísima y las piezas que hoy se conservan constituyen tesoro de museos y de coleccionistas. La preparación de venenos ocupó entre ellos el primer lugar. Sus flechas resultaban fatales no solo por la punzada sino por el curare en que iban untadas. El curare lo obtenían de yerbas tóxicas y de animales ponzoñosos. Otro fue el veneno de la rana, preparado con las glándulas de cierta especie de estos batracios. Quien era alcanzado por tales sustancias sufría dolores terribles, convulsiones, asfixia, paros cardíacos y paralización del sistema nervioso.

Usaban como armas flechas incendiarias y otras envenenadas con curare; también empleaban la pica y el hacha. Asistían a la guerra adornados con penachos de plumas. Sus costumbres eran feroces. Practicaron la antropofagia y reducían las cabezas de los enemigos muertos, sin que perdieran sus facciones naturales, como es común entre los Jíbaros del Ecuador. Lucían collares de dientes humanos y celebraban banquetes con prisioneros engordados en jaulas. La ofrenda preferida para sus dioses era el corazón sangrante de sus adversarios.
No ponían cuidado especial al vestido. Solían andar desnudos y cuando más, los hombres se cubrían con un guayuco o taparrabo y las mujeres con una pequeña falda de algodón y a veces con una manta. Se pintaban el cuerpo caprichosamente y lucían finos adornos.
Los caribes tuvieron alto grado de desarrollo comercial. Se trasportaban por el mar y los ríos en canoas y piraguas. Negociaban perlas, caracoles, esmeraldas, tabaco y algodón por mantas, plumas y alimentos. Algunas tribus caribes trabajaban muy bien el oro y el barro. Adoraban al Sol y la Luna, las estrellas y las piedras; veneraban a los muertos. Los mohanes, brujos o médicos eran los encargados de hacer las ceremonias. La religión no les imponía frenos como a los Chibchas y de allí sin duda su libertinaje y despreocupación por la moral.

LA FAMILIA CHIBCHA
Entre esta familia sobresalieron las tribus de los MUISCAS y la de los TAIRONAS por su organización económica, social, política y religiosa.
Característica del territorio chibcha fue la altiplanicie, situada entre 1.700 y 2.000 m sobre el nivel del mar, que facilitó el trabajo de agricultura y el desplazamiento a través de sus zonas de dominio comercial y militar. Fue la más importante por su cultura y población. Las numerosas tribus de esta familia tenían en común su idioma y algunos oficios como la agricultura, la cerámica y el tejido de las mantas.
Entre esta familia sobresalieron las tribus de los MUISCAS y la de los TAIRONAS por su organización económica, social, política y religiosa.
Característica del territorio chibcha fue la altiplanicie, situada entre 1.700 y 2.000 m sobre el nivel del mar, que facilitó el trabajo de agricultura y el desplazamiento a través de sus zonas de dominio comercial y militar. Fue la más importante por su cultura y población. Las numerosas tribus de esta familia tenían en común su idioma y algunos oficios como la agricultura, la cerámica y el tejido de las mantas.
La sociedad Chibcha tenía como base las familias agrupadas en clanes; varios clanes formaban una tribu y el conjunto de tribus se denominaba confederación. Las dos confederaciones principales eran las de Bacatá o Bogotá y Hunsa o Tunja. Los fundadores fueron el zipa Saguanmachica de la primera y el zaque Michua de la segunda. La sucesión del gobierno se hacía por la línea materna de manera que el nuevo soberano debía ser el hijo mayor de la hermana de la esposa preferida del jefe o el primogénito de su hermana. De aquí se deriva la importancia que para ellos tenía la mujer, hasta el punto de concluir que el régimen imperante era el del matriarcado. Aunque en las clases superiores el padre era señor absoluto (patriarcado) también la sucesión se realizaba por la línea femenina, como se dijo anteriormente.
El producto de la agricultura, la minería, los tejidos, la cerámica, al lado de surtirlos de lo suficiente para el consumo, les permitía contar con un excedente para sus intercambios. Realizaban ferias o mercados en cada pueblo y semanalmente concurrían a sitios determinados: Ráquira para el comercio de cerámica, Zipaquirá para la sal, Muzo y Somondoco para las esmeraldas, etc. Usaron monedas circulares de oro y para calcular el peso y las medidas empleaban hebras de algodón o hacían montoncitos y les fijaban precio. Si algo les sobraba, lo ahorraban en forma de granos de oro o esmeraldas que depositaban en vasijas, a modo de alcancías.

Para sus adoratorios se dirigían a las lagunas, allí encontraron el centro de su credo. Al sonido de alegres músicas danzaban a sus orillas, extendían los brazos, los levantaban, se postraban en devota actitud. Allí ofrecían a sus deidades suntuosas ofrendas de esmeraldas, de objetos de oro y de barro. Los momentos cumbres de su vida transcurrían ante ellas: el ruego por la buena suerte de los recién nacidos, la entrada a la pubertad, los enlaces matrimoniales. Un sacerdote o jaque, un cacique, antes de entrar en ejercicio de sus funciones, debían purificarse en sus aguas y no faltaban las personas que disponían como acto supremo que sus cuerpos, al morir, reposaran en el fondo.Creían que en el principio de los tiempos el mundo estaba sumergido en tinieblas. Un ser supremo retenía la luz y súbitamente empezó a emitir los primeros rayos y dio principio a la creación haciendo que unas aves negras surcasen los espacios repartiendo aire luminoso por sus picos. El mismo ser omnipotente creó el sol, la luna, las estrellas y todo cuanto existe. El sol o Sua y su esposa la luna o Chía, fueron objeto de rendida veneración. El primero era el padre de la vida y como tal regalaba alegría, fecundidad, bienestar. La luna con su pálida faz les inspiraba emoción sagrada, amor, encanto ante los fenómenos de la naturaleza. El origen del hombre lo situaban en las aguas: de una laguna próxima a Tunja había salido una mujer llamada Bachué o “la mujer buena”, acompañada de un niño de tres años. Cuando creció se desposó con él y de esa pareja descendieron todos ellos. Bachué les enseñó lecciones muy sabias en todo sentido y ya anciana se dirigió con su marido a la laguna y ambos, convertidos en serpientes, se lanzaron a ella.

Para los estudios sobre las tribus indígenas, los historiadores e investigadores se han basado principalmente en el aspecto lingüístico. Estos estudios han llevado a clasificar las tribus en tres grandes familias: Familia CHIBCHA, CARIBE y ARAWAK. El referirse a familias significa que se habla de grupos pertenecientes a una misma comunidad lingüística, en los cuales puede haber diferentes dialectos y lenguas, pero con una base en común.
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